martes, 6 de enero de 2009

Agonías navideñas

Aprovechando la época navideña, he querido escribir acerca de las comidas (alimenticias… (Aclaro por si acaso)) que suelen tener lugar estas fechas, ya que por lo visto, no podemos concebir una celebración especial sin ingerir hasta desafiar los límites de elasticidad de nuestras paredes estomacales.

Sirviendo como excusa las “ocasiones especiales” se preparan platos que normalmente no hay tiempo de cocinar o que requieren mayores recursos… Etc; cosa que me parece estupendo oiga (hay que homenajearse de vez en cuando), pero es que aquí el caso es preparar comida hasta reventar.
No es sólo que cuanto más grasienta, rebosante de colesterol e insalubre, mejor, sino que tiene que haber en cantidades ingentes.
Nochebuena, Navidad, Nochevieja, día de año nuevo, día de reyes… Cualquier excusa es buena para comer como cerdos (y además, si tú no lo haces quedas como obsesa de la delgadez y amargada de la vida por no saber disfrutar del exquisito arte de comer hasta sentir deseos de vomitar).

Al final, por unas cosas u otras, incluso los que no disfrutamos con este tipo de engullimiento masivo, nos vemos obligados y/o presionados a comer más de lo que nos marca nuestra apetencia.
Así que… ¡A “disfrutar” de la pitanza socialmente impuesta!
(Tan malsana como extendida)

Feliz año nuevo 2009