jueves, 24 de abril de 2008

Vibradores y tragedias

Esta es la historia de mi drama personal, convertido en tragicomedia en dos actos.

Acto primero


Un miércoles día 23 de Abril (o mejor dicho, ayer) fui a la tienda XX (por respeto no pondré el nombre) con unas amigas con la intención de comprarme un vibrador nuevo.
Elegí uno de acuerdo a mis escasos recursos económicos; no muy grande, pero potente. Ilusionada ( y sobre todo, "emocionada") lo probé ese mismo día.
Hoy, cansada y harta, he decidido darme un gustazo.

Cojo mi vibrador (todavía sin bautizar) y aprieto el botón.
No funciona.
Le cambio las pilas.
No funciona.
Muevo el cable (por si acaso).
No funciona.
Cargo las pilas (por si una de aquellas...).
No funciona.
Aprieto con furia el botón, cambio de pilas varias veces, estampo la caja contra la pared y lloro de rabia.
Y el aparato no funciona.


La única solución medio sensata que encuentro (sabiendo que mi dinero es irrecuperable), es ir a la tienda y quejarme elegantemente, para al menos hacerles saber que tienen una clienta indignada e insatisfecha. MUY insatisfecha.
Duración del artilugio: 2 días.

Ahora sólo espero que llegue mañana el momento en el que acuda a la susodicha tienda, esperando que no me digan que es posible que haya estirado demasiado del cable o lo haya mojado o haya hecho algo mal (cosa que no es cierta).
Solamente pediría unas disculpas por su parte puesto que, como es evidente (repito), mi dinero no lo voy a recuperar, y aunque soy consciente de que la culpa en todo caso es del fabricante, un "lo sentimos" solazaría minimamente mi dolido espíritu (sobre todo el de mi bolsillo).

Me acuesto con un pensamiento en mente, y es que no deja de ser una situación (tragi) cómica:


"Habrá pocas cosas en esta vida que no se puedan devolver...
Y justo se me estropea una de ellas"


.............. Continuará ..............


Acto segundo


Al día siguiente de producirse la tragedia, me dirigí a la tienda.
A mitad de camino, me perdí.
Preguntando a unas 3 personas, conseguí llegar ... 15 minutos tarde. Horario de cierre 13:30, hora en mi reloj, 13:45... Hay que joerse.

Resultado de una hora de caminata cargando un bolso que pesa un quintal y bajo un sol de justicia: una joven cansada, sudorosa, con los hombros quemados, el espíritu desgastado e insatisfecha. MUY insatisfecha.

---(Seguid atentos que esto continúa)---

De nuevo, hoy lunes he ido acompañada por mis amigas y... Lunes cerrado por la mañana...

¿¿¿Puedo ser más desgraciada???

Afortunadamente, una de mis amigas se ha ofrecido a ir por la tarde a la tienda por mi, ya que su piso está por la zona.


Y adivinad qué le ha dicho la dependienta.
Sí, exacto, eso.
"Igual ha sido por haberle dado un tirón al cable"
Sí, pues no veas lo que voy a tirar del cable cuando la estragule con él.

No esperaba (insisto) que me devolviesen el importe ni lo cambiasen ni nada.
Y lo que no quería, bajo ningún concepto, era que al ir, me diesen un discurso en plan presidenta del gobierno (como al parecer, por lo que me han contado, han hecho) diciendo cosas que ya sé (y que son la causa del profundo dolor de mi corazón... O de algún otro órgano) como que "no se aceptan cambios o devoluciones" y menos si está usado, que cómo va a enviar algo a la fábrica que está mal y que ya está usado (evidentemente las cosas se envian a la fábrica cuando están mal, pero bueno, sobre gustos...) ... Y muchos blablablás más que resultan más que obvios.
Sí, lo sé, parezco tonta yendo allí sabiendo que no va a servir de nada, pero en fin, la gente hace cosas idiotas cuando se ve inmersa en la más absoluta desolación.

Por último sólo añadir que me he quedado con una mala impresión del establecimiento... Que lo primero que haya comprado no sólo haya mermado "mis arcas", sino que además haya resultado de usar y tirar, me ha calado hondo...
A partir de ahora, cada vez que vea el garito, no podré evitar pensar en mi dinero y en mi difunto vibrador no nato, al cual, a título póstumo lo bautizo como Hades, dios de los vibradores difuntos.

Bueno, siempre me quedará Ann Summers (tienda que adoro), que es algo cara, pero en fin, por algo será, la calidad no sale de gratis (y tres flamantes vibradores tras muchos y muchos usos lo confirman) y los vibradores de diseño exclusivo tampoco.


¿Y el resultado de todo esto?
Una mujer insatisfecha. MUY insatisfecha.


Hades, siempre estarás en nuestros corazones.

domingo, 13 de abril de 2008

Petardeces nocturnas


Nº1:
El engendro de turno que se autopresenta y te suelta la más que mascada frase ¿te puedo presentar a un amigo?
No sólo él es feo (y pesado) si no que te presenta a su amigo "el guapo" que es todavía más feo.

Nº2: Los tipos/as que salen por primera vez en diez años y van en plan reyes del mambo "rompiendo con todo".
Y lo de "romper todo" incluye tu cabeza. Al parecer tantos años de cautiverio les nubla el juicio y el sentido común, además de distorsionarles la percepción espacial; debe de ser esa la razón por la cual no se han dado cuenta de que en un espacio cerrado y abarrotado de gente no se puede "bailar" (si es que a la ejecución de esa especie de pseudo danza tribal se le puede llamar "baile") extendiendo y agitando los brazos, moviendo los pies frenéticamente, desplazándose metro y medio a cada paso y lanzando los puños al aire estilo kamikaze.


Nº3: Las tipas (no sé por qué, pero suelen ser mujeres) que se pasean con el cigarrito en la mano, realizando extrañas maniobras que hacen que una vea amenazada su integridad física.
Si la nº3 se suma a la nº2... Temamos lo peor (aún recuerdo aquella noche en la que una maldita loca (y sólo digo loca por ser fina mandarina) casi le quema la cara a mi hermana por ir haciendo imbecilidades (¿bailando?) pitillo en mano.)
Moraleja: o controlas el cigarro o NO fumes.


Nº4: Las tronadas (de nuevo mujeres, supongo que es porque, básicamente nosotras bailamos más) que van hasta arriba de vaya usted a saber qué sustancias y por ello, aún estando acostumbradas a la nocturnidad, bailan al estilo de los individuos descritos en el nº2.
Además de ir cayéndose por todos los lados, se suben a las barras, a los taburetes, a las tarimas, a los podiums y demás mobiliario que esté a algunos centímetros sobre el nivel del suelo, para que todo el mundo les pueda ver "bailando", enseñando las bragas, el culo, el muslo (y entremuslo) y demostrando que son un claro ejemplo del patetismo.
Podría reírme, pero la verdad es que no me gusta ver cómo la gente se degrada de tal manera.


Nº5: Los individuos que, al parecer tienen la enorme urgencia de desplazarse a toda velocidad de una punta del local a otra.
El problema no es que quieran cambiar de sitio, sino que en el proceso se te llevan por delante. Empujones con codazos y pisotones con tacones de aguja son mis favoritos.

Nº6: Los acinamientos discotequeros llenos de la gentuza anteriormente mentada.
Llegar a este apartado es como alcanzar el Nirvana. Un Nirvana dantesco...


En fin, que a veces salir de fiesta se convierte en una verdadera odisea... No es que yo no sea una partidaria de la fiesta salvaje (más bien al contrario... (qué recuerdos...XD)), pero vamos, que se puede festejar sin molestar a los demás, que la fiesta y la educación no son excluyentes...

Dicho esto... ¡¡¡FIESTAAAAAAAAA!!!


(Un claro ejemplo del nº4...)