Cogí el zapato, lo acaricié, lo miré y poco me faltó para olfatearlo (>ejem<). Cuando estaba al borde de sufrir un síndrome de Stendhal y empezaba a creer en la existencia de Dios, sentí que alguien me observaba, y en efecto, allí estaba a mi derecha, un viejo y nada atractivo dependiente, vigilándome, no fuera que se me ocurriese robar los zapatos.
(Observen a su derecha el objeto de mi delirio)
Iba a ponerme a hablar acerca de lo cutres que son, de lo mal que tratan a la juventud en ciertos establecimientos y varios blablablás más, pero de repente la vida se me antoja "hermosa" y divertida así que simplemente decir que me da igual que el feo dependiente observe mi cara de fetichista y de embobamiento estético; que me vigile, que voy a seguir mirando y tocando (qué porno suena eso jajaja) que para eso está ahí el zapato y si no, que lo pongan en una vitrina, ¡ale!
¡¡Que viva la vida en dimensión divertida!! XD
Más objetos de mi devoción (por así decirlo):