domingo, 17 de agosto de 2008

Mangante hasta que se demuestre lo contrario

Estaba en una de esas múltiples tardes ociosas de verano, paseando con mi hermana por el centro, cuando, en la sección de zapatería de el Corte Inglés, tuve una experiencia religiosa. Allí estaban, esos zapatos de Guess (entre sus bolsos y sus zapatos esa marca va a acabar conmigo) encima de un estante, llamando poderosamente mi atención.
Cogí el zapato, lo acaricié, lo miré y poco me faltó para olfatearlo (>ejem<). Cuando estaba al borde de sufrir un síndrome de Stendhal y empezaba a creer en la existencia de Dios, sentí que alguien me observaba, y en efecto, allí estaba a mi derecha, un viejo y nada atractivo dependiente, vigilándome, no fuera que se me ocurriese robar los zapatos.


(Observen a su derecha el objeto de mi delirio)


Iba a ponerme a hablar acerca de lo cutres que son, de lo mal que tratan a la juventud en ciertos establecimientos y varios blablablás más, pero de repente la vida se me antoja "hermosa" y divertida así que simplemente decir que me da igual que el feo dependiente observe mi cara de fetichista y de embobamiento estético; que me vigile, que voy a seguir mirando y tocando (qué porno suena eso jajaja) que para eso está ahí el zapato y si no, que lo pongan en una vitrina, ¡ale!

¡¡Que viva la vida en dimensión divertida!! XD

Más objetos de mi devoción (por así decirlo):






No hay comentarios: