miércoles, 1 de septiembre de 2010

Abstracciones alucinógenas y tripis endógenos

Escribiendo una entrada que, probablemente quede en aborto (como otras muchas que nunca verán la luz), me ha dado por pensar en lo fascinante que resulta el lenguaje, en cómo a una sucesión de sonidos aleatorios les dotamos de un significado y cómo esa etiqueta sonora inicialmente vacía de significado nos sugiere a miles de personas un mismo concepto.

Y al igual que el lenguaje, existen otras muchas construcciones sociales, igualmente ridículas, absurdas y sin sentido que, vistas desde fuera, como si nuestra cultura nos fuese ajena, resultan hasta cómicas.

No sé si seré yo o mis tripis endógenos, pero todo este sinsentido me resulta fascinante… Y no hace más que reforzar mi alucinógena idea de que bajo la supuesta inteligencia de los seres humanos no hay más que la materia prima a partir de la cual todos hemos sido forjados y de la que formamos parte: la absurdez más absoluta.

Y en mi opinión, es esta absurdez la que hace que todo sea más interesante y divertido y le añada un toque psicodelia y abstracción a la vida, que falta nos hace.

Y mmmm… Sí, si no fuera porque no tomo drogas, llegaría a la conclusión de que es el momento de dejarlas.



(Esta entrada no ha sido escrita por ningún motivo en particular)

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